lunes, 17 de julio de 2017

Centro Botín (Renzo Piano)



Pues sí, era el Centro Botín de Piano en Santander (informábamos de él en su día). Las pistas eran claras:

En la primera mencionábamos su aire retrofuturista, que remite (aunque con formas menos rompedoras) al Pompidou que el arquitecto genovés diseñara junto a Rogers, edificio que quería ser la manifestación arquitectónica del Mayo del 68 y que supuso un verdadero revulsivo cultural que trascendió la propia disciplina. Aquí hablábamos por ejemplo de su conexión con la música. También comparábamos su escamosa piel a este edificio de Future Systems en Birmingham, no en vano los socios fundadores de dicho estudio, Jan Kaplický y David Nixon, habían trabajado para el propio Piano y Rogers. Sus formas redondeadas en voladizo recuerdan también a diseños futuristas de los 60 como la Sculptured House de Charles Deaton.

En la segunda pista comentábamos el parecido gracias a sus numerosas pasarelas aéreas con otro edificio de Piano, que no es otro que el nuevo museo Whitney en Nueva York, donde el arquitecto parecía querer continuar el paseo elevado de la cercana High Line. En Santander el arquitecto crea un fantástico mirador (que también podría considerarse una continuación de los jardines de Pereda), cuyos juegos panópticos y maravillosas vistas compiten, como en Nueva York, con las exposiciones de su interior (al precio salvaje de 8 euros la entrada, por cierto).

En la cuarta pista lo comparábamos también con otro edificio, esta vez en el mismo Santander. Se trata del Palacio de Congresos de Sáenz de Oiza, prodigio postmoderno (a lo Stirling en Stuttgart) que a pesar de su amenazante exterior escondía, como decíamos, rincones muy juguetones.

Subo fotos:


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