domingo, 12 de marzo de 2017

Misterios cotidianos


"Lo evidente esconde siempre un secreto. Detrás de cada simpleza se esconde una oportunidad de arquitectura.
Los actos cotidianos esconden los misterios más asombrosos que puedan imaginar. Las simplezas del día a día son los verdaderos monumentos de la arquitectura. Cada uno de esos gestos encierra un aprendizaje si se mira con calma y reflexión. Pero para ver su belleza escondida y superar lo evidente, para profundizar en su secreto se hace necesario mirar lo habitado con ojos de lo extraño. Contemplar cada gesto como un viajante en un país extranjero, a quien todo sorprende. Basta con maravillarse ante lo evidente, como un niño. 
Sin esa capacidad de sorpresa, sin esa lucha por hacer aflorar lo profundo de lo obvio, ser arquitecto no merezca, quizás, las penas.
Ser arquitecto es un mirar desorbitado hacia lo obvio". (Santiago de Molina, Hambre de arquitectura).

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