viernes, 30 de octubre de 2009

¿La forma importa?


No pude evitar reírme al leer el título de la exposición que, sobre el británico David Chipperfield, puede verse estos días en el Museo del Diseño de Londres: Form Matters ("la forma importa"). Teniendo en cuenta las formas predominantes en su arquitectura, y de la que es buena muestra el Museo de la Literatura Moderna en Marbach (Alemania), que ilustra la entrada (he visto panteones más alegres), no sé si dicho título es irónico, autoparódico o simplemente provocador. Amante del ángulo recto, los volúmenes simples y aburridos y diseños recalcitrantemente austeros, no parece precisamente que el británico se preocupe mucho por innovar en lo que a formas arquitectónicas se refiere. Quizá necesitemos su arquitectura (como la de otros amantes del ángulo recto tales como nuestros Mangado o Navarro Baldeweg) para recobrarnos de los vértigos volumétricos que nos provocan los Zaha y compañía, pero he de admitir que si el museo de la foto fuera la vista que tuviera desde el salón de mi casa acabaría con una depresión de caballo y pesadillas en las que vería el severo porticado del edificio cubierto con una enorme esvástica.

Pero por supuesto toda generalización es errónea. Chipperfield y su ángulo rectísimo han dado ejemplos de cómo la austeridad puede generar formas dinámicas e incluso excitantes en la que es para mí su mejor obra, el edificio Veles e Vents de Valencia:

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