miércoles, 2 de septiembre de 2009

Norman Foster. Drawings 1958-2008


Acabo de estar en la exposición de bocetos de Norman Foster que ayer se inauguró en la sede de Ivorypress (Comandante Zorita 48, Madrid), editorial de lujo que dirige su esposa, Elena Ochoa. Tanto la librería como la sala de exposiciones son espacios diseñados por el propio Foster, destacando la espectacular entrada a esta última, con un amplio acceso al que se accede bajando una amplia escalinata. El sobrio interior, en tonos grises y blancos tiene personalidad pero no hasta el punto de distraer nuestra atención de lo realmente importante: la obra expuesta (como sí sucede en tantos museos de autor: Guggenheim de Bilbao, Orsay de París, etc.). En este caso la exposición consiste en unos doscientos bocetos, cuadernos con dibujos más esquemáticos y varias maquetas de torres destacando la de un proyecto no construído: una torre en Tokio de nombre "Millenium" en forma de cono muy estilizado y que recuerda a su proyecto de torre en Moscú también truncado como tantos otros por la crisis (aunque este último proyecto tenía forma piramidal). Pega: no me han dejado hacer fotos.
En lo referente a los bocetos, decir que son realmente curiosos, en algunos llama la atención el cuidado por el diseño a pesar de tratarse de proyectos menores, como las estaciones de servicio de Repsol. En otros destaca la minuciosidad del dibujo y los detalles (así el boceto del Great Court del Museo Británico, de gran tamaño). Otros son verdaderos "incunables" (hay un proyecto de pequeño chalet en Cornualles que data de 1964 realizado cuando pertenecía al Team 4 junto a Rogers y sus respectivas esposas, pero hay incluso dibujos anteriores, de su época de estudiante, reflejando edificios famosos como la capilla de Ronchamp).
Se proyecta también un vídeo muy interesante que tendrá veintitantos años en el que vemos a un Foster aún con pelo, patillas king-size al uso de la época y chupa de aviador explicándonos con entusiasmo las bondades de la arquitectura high-tech y señalando cómo la palabra "tecnología" proviene del término teknes, que significaba "arte" en griego. Nos explica sus oficinas Willis Faber y Dumas o la soberbia ampliación de la univeridad de East Anglia (el Sainsbury Centre for Visual Arts) y su proyecto de dotar al caótico barrio londinense de Hammersmith de un centro cívico-comercial (que nos recuerda a Les Halles parisino) así como su frustración cuando el proyecto fue rechazado. Le vemos también pilotar su helicóptero por el Londres más deprimido mientras nos habla de urbanismo... en fin, una gozada.
Sesenta afortunados podrán verle en vivo y en directo los días 15, 16 y 17 de este mes en unos coloquios que tratarán sobre arte, economía y sostenibilidad en relación con la arquitectura. Todo un lujo, podría haber optado (la inscripción, por riguroso orden de presentación, se realizó a través de edgargonzalez.com), pero preferí dejar mi plaza a (futuros) arquitectos que son quienes realmente lo van a aprovechar y no fans intrusos como yo.
Hasta el 19 de Septiembre.

Más información aquí.

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